14 años buscando a Toño y Toñín

14 años buscando a Toño y Toñín

Las Fiscalías se dedican a administrar la tragedia

24 de enero de 2023

Hace 14 años Toño y Toñín fueron desaparecidos en Parras de la Fuente, Coahuila; desde esa noche, su familia nos abocamos a buscarlos ante la negativa de las autoridades del estado. Con el paso de los días comprobamos que esa negativa se basaba en los vínculos que estas tenían con la delincuencia organizada, al grado de procurar impunidad en lugar de justicia.

Somos conscientes que la impunidad en México es absoluta y persistente cuando se trata de atender casos de personas desaparecidas, que la Fiscalía General de la República (FGR) opera con la misma criminalidad que lo hace la Fiscalía General de Coahuila. Parecería que estas instituciones tienen el objetivo de administrar la tragedia que vivimos y esperar que las familias mueran para desestimar el caso.

Como familia seguiremos buscando hasta encontrarlos a pesar del gobierno de Coahuila y del gobierno federal. Por ello nos hemos sumado a otras familias en la consolidación del memorial de La Glorieta de las y los Desaparecidos en la Ciudad de México, en la cual colocamos las fotografías de Toño y Toñín, y persistiremos en mostrar sus rostros hasta que los encontremos.

Agradecemos a todas las personas y organizaciones que nos han acompañado durante estos 14 años, pues su acompañamiento ha hecho menos dolorosa nuestra búsqueda incansable.

Atentamente

Familia Verástegui González

Trece años: una ausencia que se cuenta en años

“Quisiera volverte a ver, pero no lo sé porque mis años

quizá ya no me permitan volver a verte.”[1]

Parras, Coahuila a 24 de enero de 2022

Han pasado trece años desde que autoridades en colusión con los Zetas desaparecieron a Antonio Verástegui González y a su hijo Antonio de Jesús Verástegui Escobedo. Trece años de una tortura permanente en los que no hay un día sin que nos preguntemos ¿dónde están? Y que, a pesar de la complicidad e incapacidad de las autoridades, no perdemos la esperanza de tenerlos de regreso en casa.

Nuestra demanda de encontrar a Toño y Toñín se mantiene a pesar del tiempo y de los obstáculos a los que nos hemos enfrentado. Nuestro mensaje permanente es para ellos, para decirles que les seguimos buscando y que no les olvidamos. La exigencia al Estado, aunque se hace a un Estado que se ha mostrado como criminal y omiso, la mantenemos para no olvidar y no dejar de señalar que son responsables.

No imaginamos que la ausencia de Toño y Toñín se contara en años y el cansancio cada año es más aplastante. A pesar de ello, nos mantenemos con la esperanza de que un día ellos estarán en nuestra casa a donde pertenecen.

Agradecemos a todas las personas que a lo largo de estos trece años nos han acompañado en nuestra búsqueda incansable. Les abrazamos esperanzados que un día reciban el mensaje que Toño y Toñín están de regreso a casa.

Atentamente

Familia Verástegui González


[1] Carta de Guadalupe González Escobar dirigida a su hijo Antonio Verástegui González, publicada en Memoria de un corazón ausente. Historias de vida (2018), Fundación Heinrich Böll-México y El Caribe. Disponible en: http://mx.boell.org/es/2018/05/09/memoria-de-un-corazon-ausente-historias-de-vida

Doce años, la una ausencia que detiene el corazón

Doce años, la una ausencia que detiene el corazón

Parras, Coahuila, a 24 de enero de 2021

Antonio Verástegui González y Antonio de Jesús Verástegui Escobedo, son parte de nuestra familia. Un grupo de civiles armados y policías municipales, con apoyo de autoridades del Estado de Coahuila, los arrebataron físicamente de nuestro lado la noche del 24 de enero de 2009, hace doce años, cuando regresaban de un evento religioso y se dirigían a su casa en Parras, Coahuila. Aun así, no los han desaparecido de nuestra realidad. Los recordamos y nombramos: los hacemos presentes. Les lloramos y extrañamos con un dolor que se ha hecho cotidiano, un dolor conocido que como un suspiro se lleva una parte de nuestra vida.

Desde su desaparición hemos denunciado públicamente lo que ocurrió. Hemos buscado generar conciencia en la sociedad, una sociedad en su mayoría sorda. Nos hemos encontrado con otras muchas familias que, igual que la nuestra, han tocado todas las puertas y han hablado con cientos de autoridades que, al inicio, se muestran receptivas, solidarias, que nos entienden, pero que al final del día, de la semana, del mes, del paso de los años terminan siendo parte de ese sistema criminal que todo devora.

Nuestra digna denuncia se mantiene no como una consigna política sino con una promesa del amor que les tenemos a Toño y Toñín. Nos alejamos de esos espacios que solo han aprovechado nuestro dolor, nuestra tragedia para justificar una utopía que no es nuestra, una exigencia de justicia que no es tenerles de regreso en nuestra casa. De espacios que se comparten con autoridades que son responsables de nuestras desapariciones pensando que algo resolverán. Quizás es la ingenuidad que provoca el dolor, o la ceguera que se vuelve complicidad.

Han pasado doce años, la ausencia de Toño y Toñín se volvió una herida en nuestro pecho. Su ausencia poco a poco va deteniendo nuestro corazón. Pero resistimos, insistimos en que nos los regresen, son nuestros, son parte de nuestra familia. El gobierno de Coahuila ha intentado cerrar el caso, decir que están muertos, que los quemaros, que no queda nada de ellos; lo hemos señalado con anterioridad: no vamos a tolerar las simulaciones de un gobierno como el de Coahuila que pretende fabricar falsas realidades para cerrar un caso que, como muchos, les es incómodo. Solo aceptaremos los resultados de una investigación científica, no de simulaciones a las que las autoridades de Coahuila están acostumbradas.

Agradecemos a todas las personas que nos han acompañado a lo largo de estos doce años de incansable búsqueda. Les abrazamos con cariño y la esperanza de un día poder decirles que Toño y Toñín están de regreso en casa.

Atentamente

Familia Verástegui González

Responsable de la publicación: Jorge Verástegui González

Reafirmamos que nuestra búsqueda es incansable, por ellos, hasta encontraros

Reafirmamos que nuestra búsqueda es incansable, por ellos, hasta encontrarlos

“Las palabras han dejado de tener sentido

ante el silencio que nos responde

al llamado que por tu nombre hacemos

en el vacío que nos dejó tu ausencia.”

Parras, Coahuila; a 24 de enero de 2020

Nos cuesta encontrar las palabras precisas para describir la sensación de vacío que ha quedado en nuestra familia. Para narrar el dolor que la ausencia deja a su paso. Para explicar la rabia que sentimos al escuchar a los gobiernos burlarse de nosotros diciendo que los están búsqueda. De sabernos incompleta como familia y de nuestra incapacidad de seguir sin poder encontrarlos. Pero no solo porque hemos usado todas las que conocemos, sino porque a la sociedad a la que le hablamos se mantiene con oídos sordos.

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Diez años en los que la incertidumbre se hizo costumbre

Han pasado diez años desde la desaparición forzada de Toño y de Toñín, a lo largo de este tiempo hemos realizado innumerables acciones para dar con su paradero sin tener un resultado efectivo.

Parras, Coahuila; a 24 de enero de 2019

El 24 de enero de 2009 en Parras, Coahuila, sujetos desconocidos, algunos con chalecos de la Agencia Federal de Investigación (AFI), detuvieron a Antonio Verástegui González y a su hijo Antonio de Jesús Verástegui Escobedo. Por los hechos se presentó una denuncia penal ante el agente del Ministerio Público del fuero común, quien nos informó que había desplegado un operativo para su búsqueda, situación que nunca ocurrió. Posteriormente se presentó una denuncia a nivel federal teniendo nulos resultados en una investigación realizada por agentes de la AFI.

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Carta pública al Gobierno de Nuevo León sobre la Comisión Local de Búsqueda

Ciudad de México; a 23 de junio de 2018

LIC. MANUEL FLORENTINO GONZÁLEZ FLORES

GOBERNADOR INTERINO DEL ESTADO DE NUEVO LEÓN

PRESENTE.-

El motivo de mi carta es en relación al proceso de selección de la persona titular de la Comisión de Búsqueda del Estado de Nuevo León, mismo que ha generado diversos pronunciamientos de importantes organizaciones de familiares de personas desaparecidas como Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Nuevo León (FUNDENL), Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (FUUNDEC), Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecido en Jalisco (FUNDEJ), Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en México (FUNDEM), y Colectivo Milynali red CFC. Estas organizaciones han cuestionado duramente el perfil de la persona elegida, así como el respaldo de AMORES, organización de familiares de personas desaparecidas en el estado.

Es preocupante que la Lic. María de la Luz Balderas, propuesta como titular de la Comisión de Búsqueda del Estado de Nuevo León, se encuentre seriamente cuestionada por su ineficacia cuando estuvo a cargo de la investigación de casos de personas desaparecidas; además, por su aparente inacción en diligencias tendientes a la búsqueda en campo. La situación deja en un grado de completa deslegitimación el proceso de consolidación de la Comisión de Búsqueda, pero, sobre todo, afecta en la creación de confianza con los familiares de las víctimas.

El reto que representa la búsqueda de personas desaparecidas, así como la implementación de la Ley General en la materia, es mayúsculo. Solo se podrá sortear con el acompañamiento de las familias de las personas desaparecidas, quienes son una pieza imprescindible para la búsqueda y la creación de mecanismos y leyes que mitiguen el lastre que representan las desapariciones.

La idoneidad de la persona titular de la Comisión de Búsqueda es requisito fundamental para quien ocupe el cargo. Motivo por el que, ante señalamientos concretos sobre la falta de idoneidad de quien se ha propuesto, es preciso que se reponga el procedimiento de designación y se realice una comparecencia abierta en la que se incluyan representantes de las organizaciones de familiares en el Estado y a nivel nacional.

Lo anterior es primordial para que el proceso de institucionalidad sea acompañado por el principal sector interesado: los familiares de personas desaparecidas; además, para que sea un proceso de ejemplo nacional por sus buenas prácticas y apego a la Ley General; y no por ser un proceso rutinario y burocrático para cumplir requisitos legales. Y dado que, por su frontera con Coahuila, las decisiones que su gobierno tome afectan a quien tenemos familiares desaparecidos en Coahuila.

La decisión de no ratificar a la Lic. María de la Luz Balderas como titular de la Comisión de Búsqueda será esencial para demostrar que su gobierno tiene una visión de justicia y un interés real en la búsqueda de las personas desaparecidas, así como la sensibilidad en la atención a las víctimas de este aberrante delito, y será grave el ratificarla, así como continuar con la prolongación de este proceso.

La búsqueda es algo fundamental que posiblemente se puede entender solo si se tiene un familiar desaparecido, pero es comprensible si se tiene un nivel intelectual y moral alto. Por ello, no tomar una decisión a la altura para contar con una institución funcional será no solo en demerito del gobierno que encabeza, sino que implicará el riesgo en la vida de miles de personas.

Sin más por el momento, me despido, quedando atento del nivel político de su respuesta.

Atentamente

Jorge Verástegui González

 

C.C.P.  Lic. Homero Antonio Cantú Ochoa Sub-secretario de la Sub-Secretaría de Asuntos Jurídicos y Atención Ciudadana

C.C.P.  Lic. Gabriel Deschamps Ruiz Sub-secretario de la Sub-Secretaría de Gobierno

C.C.P. Lic. Roberto Cabrera Alfaro, titular de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas

C.C.P.  Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Nuevo León

9 año de impunidad en la desaparición forzada de Antonio Verástegui González, y su hijo, Antonio de Jesús Verástegui Escobedo.

Hace nueve años fueron desaparecidos de manera forzada Antonio Verástegui González, y su hijo, Antonio de Jesús Verástegui Escobedo, ellos al igual que miles de personas fueron víctimas de las políticas criminales del Estado mexicano. Gobiernos encabezados por Humberto y Rubén Moreira, y por Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto.

Han pasado nueve años en los que el Estado mexicano ha demostrado su negativa para encontrarlos y para sancionar a los responsables. Y que por el contrario han sido nueve años en los que hemos tenido que enfrentarlo para evitar que la impunidad que impera en México sea la losa que nos sepulte.

Hemos realizado una comunicación ante la Fiscalía de la Corte Penal Internacional que en México existe una política de Estado para desparecer personas y para garantizarle impunidad a, sus agentes y colaboradores, quienes han perpetrado estos crímenes. Una política que, además, nos genera una constante tortura, y que nos ha obligado a asumir las funciones del Estado en la búsqueda e investigación.

Este aniversario es también un recordatorio del sistema criminal que es el gobierno mexicano. Un sistema de protección a los perpetradores y de simulación de un Estado democrático de derecho. Un gobierno que como parte de su política generalizada busca la muerte de los familiares que buscamos, ya sea con el tiempo al administrar los casos o simular que investigan, o por las balas de sicarios al intentar silenciarnos.

No podemos perdonar a quienes han sido responsables de provocarnos este dolor tan grande. No podemos olvidar el dolor que nos han provocado. No podemos seguir sometidos a la simulación de un sistema de justicia que no existe. Es urgente la construcción de una forma de encontrar a quienes nos han quitado y cerrar este doloroso proceso. De romper ese pacto de silencio que el Estado mexicano mantiene.

Nueve años después seguimos buscando sin encontrar. Nos cansamos pero no podemos desistir en esta que es una búsqueda que nadie más hará. Alzamos nuevamente nuestra voz para exigir la presentación inmediata de Antonio Verástegui González, y Antonio de Jesús Verástegui Escobedo.

Atentamente
Familia Verástegui González

Contacto: Jorge Verástegui González
contacto@jorgeverastegui.com

La simulación de la búsqueda, el legado de Rubén Moreira Valdez

Saltillo, Coahuila a; 30 noviembre de 2017

El día de hoy concluye la administración encabezada por Rubén Ignacio Moreira Valdez como Gobernador del Estado de Coahuila la que se caracteriza por no haber dado resultados efectivos en la búsqueda y localización de nuestros familiares que fueron desaparecidos antes y durante esta administración. Su administración solo deja un rastro de impunidad.

Para quienes tenemos la búsqueda de nuestros seres queridos no solo como prioridad sino como el centro de nuestra vida solo es posible evaluar el quehacer del Gobierno de Coahuila con un único indicador: la localización de nuestros familiares. El resto de las acciones pueden ser importantes, más cuando la gran mayoría de las políticas públicas adoptadas en Coahuila son gracias a las propuestas de los mismos familiares, pero nunca serán resultados.

Es preciso señalar que Moreira Valdez tuvo conocimiento de las graves deficiencias que ha arrastrado la Subprocuraduría de Personas Desaparecidas y no tomó acciones concretas y reales para cambiar esa situación y por el contrario permitió que continuara ese actuar omiso que generó no solo impunidad, sino que nuestros familiares siguieran desaparecidos.

Hoy, a la luz de la realidad, solo podemos decir que Rubén Moreira Valdez administró la grave problemática de las desapariciones generando mesas de diálogo y adoptando las recomendaciones de los familiares, de organizaciones y organismos internacionales, pero que no tuvo ningún resultado en la búsqueda de nuestros desaparecidos ni en la sanción a los responsables directos y las personas que, jurídicamente, tenían la responsabilidad de evitar que esto ocurriera.

Coahuila es un ejemplo de la simulación que se orquestó desde el Gobierno del Estado y que ha pretendido venderse como un estado pionero en el combate y atención de las desapariciones, cuando la realidad habla por sí misma. Hasta hoy se mantiene la opacidad en el número de personas localizadas, así como de las investigaciones que se integran por desaparición.

Nuestra búsqueda es incansable por lo que continuaran nuestras acciones hasta saber de nuestros familiares y no dejaremos de señalar a los responsables de las desapariciones, así como aquellos que las toleraron. Rubén Moreira, al igual que su hermano, deja a Coahuila con la deuda más grande: la desaparición de cientos de personas.

Atentamente

Jorge Verástegui González – Familias Unidas en la Búsqueda y Localización de Personas, A.C. – María de Los Ángeles Mendieta Quintana – María Luisa Lazarín Sierra – Griselda Ibón García Zapata – Rosalbina García – Luis Abra hambre Rodríguez Moreno – Carlos Alberto Rodríguez Moreno – Victor Rodríguez Hernández – Adriana Moreno Becerril

Un intento de reconstrucción

El 23 de junio se publicó, por segunda ocasión, la convocatoria para la primera designación de las personas que integraran la Asamblea Consultiva de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas. Un espacio ciudadano que pretende fungir como un órgano de consulta y vinculación con las víctimas y la sociedad civil y que idealmente tendría que erigirse como un contrapeso sumamente necesario frente a diferentes problemáticas que presenta la política pública de atención y reparación a víctimas.

Lo anterior debido a la crisis que vivimos en México desde hace más de diez años como consecuencia de una catastrófica estrategia de “seguridad” y la consecuente debilidad institucional generada por la inoperancia del sistema de procuración y administración de justicia y la clara colusión del servicio público con el crimen organizado, lo que ha generado graves secuelas para miles de familias mexicanas y extranjeras, que hemos sido afectadas directa o indirectamente por un conflicto que no solo contraviene diferentes obligaciones adquiridas soberanamente por el Estado Mexicano en el ámbito internacional, sino que deja en entredicho incluso la eficacia y vigencia del marco constitucional y legal doméstico. Por eso creo que la integración –al menos a nivel consultivo- de la voz de personas que han sido víctimas de la comisión de un delito o violación a sus derechos humanos, representantes de organizaciones de sociedad civil y personas de la academia con experiencia en temas relacionados con la atención a víctimas, es fundamental, aunque debe decirse, también tardía.

No nos es ajeno que nos encontramos en un estado de indefensión ante las acciones criminales de los grupos delictivos y de los servidores públicos de diferentes ámbitos, que cometen día a día crímenes atroces, que permanecen en absoluta impunidad, se magnifican y diversifican ante los ojos de todas y todos los mexicanos, mostrando que aun las instancias internacionales no tienen voz, porque existe una política negligente de negación y ocultamiento de la gravedad del conflicto que se vive en el país. No solo hemos sido privados de los más básicos derechos, al haber sido víctimas de crímenes y violaciones a los derechos humanos graves, sino que enfrentamos una negación absoluta de verdad y justicia, que se han convertido en nuestra batalla cotidiana.

Es por ello por lo que no se debe olvidar que, como resultado de la demanda de un amplio sector de la sociedad civil, el Ejecutivo Federal promulgó la Ley General de Víctimas. Norma que pretendía ser una respuesta a la crisis en atención a las víctimas. El resultado lejos de ser el esperado terminó generando un sistema de revictimización, burocracia y clientelismo. Razón por la que la Ley tuvo que ser reformada en repetidas ocasiones y en la última integrar la noción de un contrapeso ciudadano.

Quienes operan las instituciones nos han demostrado en reiteradas ocasiones que no se puede confiar en su actuar en favor de las víctimas. Por ello se ha demandado insistentemente una supervisión ciudadana porque nadie conoce mejor las problemáticas prioritarias y necesidades del rubro que aquellas personas que llevamos años lidiando con esta desgracia llamada México. En este caso la creación y puesta en marcha de la Asamblea Consultiva se traduciría no solo en la participación directa en la implementación y evaluación de la política respectiva de los sujetos que más pueden aportar en su consolidación, sino también en asumir nuestra responsabilidad, como ciudadanos, para el restablecimiento de un Estado democrático y de derecho.

Estoy convencido y consciente de la ausencia de representatividad de las instituciones mexicanas, de su falta de comprensión respecto de las víctimas y la enorme diversidad de conflictos que tal grupo representa y de la debilidad institucional que existe. Pero también de la responsabilidad que tenemos desde la sociedad civil. Por ello, me postulé para integrar la Asamblea Consultiva de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas al considerar que cumplo con el perfil necesario para participar en esa idea de atención y reconstrucción de lo que llamamos México.

Sobre CEAV

La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) nace como resultado de la Ley General de Víctimas (LGV) en un intento de ser una institución de defensa de las personas que, por las omisiones del Estado o por sus acciones criminales, se han visto vulneradas en su vida y en sus derechos.

Desde su publicación en el Diario Oficial de la Federal, en enero 2013, hasta la fecha, la CEAV se convirtió en una nueva estación en el calvario de las víctimas. La instancia que se pretendía ser aliada terminó siendo otro organismo victimizante. Al grado de pedirles a las víctimas que demostraran, ellas, el grado de afectación que el hecho les había causado. O pedir una identificación oficial mexicana o una víctima de otra nacionalidad.

A finales de 2016, la CEAV funcionaba con solo cuatro de las seis personas que deberían fungir como comisionadas. Ninguna de estas personas demostró un actuar en favor de las víctimas. Los últimos meses del año fueron, hasta ahora, los de mayor deterioro y perjuicio para las víctimas, principalmente para las de violaciones a derechos humanos.

Hoy estamos en el proceso de elección de la nueva persona que ocupará el cargo, en un nuevo modelo unipersonal y ya no colegiado,  y que será la encargada de hacer funcionar la instancia que hace cinco años se diseño, el organismo público que debería atender efectivamente a las víctimas.

Se puede decir que el proceso se vio cooptado por la Secretaría de Gobernación (SEGOB). Las dos personas que lideran las “preferencias” (de SEGOB) son cercanas a la función pública federal, uno fue comisionado de CEAV y la otra es servidora público federal adscrita a SEGOB. Ambas personas con relativos apoyos de sectores de víctimas.

La LGV se tuvo que reformar, como otro intento, para mejor su funcionamiento. Lo anterior no funcionaba. Pero fue una reforma lejana de los actores central: las víctimas. La CEAV-LVG es un proceso que no debe repetirse en las mismas condiciones, que debe dar un giro en el que las víctimas sean el punto central y no una decoración estética que legitime el actuar del Estado.

La CEAV necesita cambiar desde sus cimientos y no me refiero al texto de la Ley sino al personal. Es necesario un personal con capacidad humana de comprensión, de dimensionar el sufrimiento de una víctima. Tiene que tomar la mano de todas esas personas a las que debe atender, debe prestar sus oídos a sus demandas y sus fuerzas a sus actuaciones.