“Las palabras han dejado de tener sentido
ante el silencio que nos responde
al llamado que por tu nombre hacemos
en el vacío que nos dejó tu ausencia.”
Nos cuesta encontrar las palabras precisas para describir la sensación de vacío que ha quedado en nuestra familia. Para narrar el dolor que la ausencia deja a su paso. Para explicar la rabia que sentimos al escuchar a los gobiernos burlarse de nosotros diciendo que los están búsqueda. De sabernos incompleta como familia y de nuestra incapacidad de seguir sin poder encontrarlos. Pero no solo porque hemos usado todas las que conocemos, sino porque a la sociedad a la que le hablamos se mantiene con oídos sordos.
Han pasado once años desde que Toño y Toñin fueron desaparecidos, como parte de la política criminal de los gobiernos de Coahuila y del federal, una política que once años después continúa manteniéndolos ocultos con la simulación de una búsqueda e investigación que lo único que ha traído como resultado es ayudar a que los responsables continúen en libertad y contribuir a que nuestros familiares sigan desaparecidos.
No tenemos esperanzas en que el gobierno de Coahuila o el federal rompan el pacto de impunidad que ha permitido tantos años de ausencia, de dolor y desesperación, pues sus acciones han sido rotundas frente a la crisis que se vive actualmente en el país. Son gobiernos, como los otros, que mediante mesas de dialogo quieren seguir administrando nuestra tragedia y simulando que nos atienden. Sus intereses no están del lado de la búsqueda sino del lado de la desaparición.
Conscientes del abandono del Estado para la búsqueda, seguiremos, con nuestras fuerzas y posibilidades, nuestra búsqueda, lejos de la simulación que representa dialogar con el Estado y esperar una solución de su parte, lejos de la complicidad de legitimar a los responsables de su desaparición. Ello implica que, así como cientos de familias la nuestra debe seguir su búsqueda independiente del Estado.
No podemos perdonar a quienes nos siguen torturando, no nos podemos reconciliar con quienes nos mantienen en la incertidumbre y no podemos olvidar nuestra propia vida e historia. Nuestra insistencia seguirá hasta el día que el corazón de cada uno de los miembros de esta familia haya dejado de latir.
Atentamente
Familia Verástegui González
Guadalupe González Escobar
Julio, Teodoro, María Esthela, Yolanda, María del Rosario, Juan Manuel, Alma Leticia, María Guadalupe, Martin, Bertha Alicia, Jorge Verástegui González